Director: Nicolas Winding Refn, Guión: Hossei Amini, basado en la novela homónima de James Sallis. Protagonizada por Ryan Goling, Carey Mullingan y Bryan Cranston. (2011)
Ya no es una novedad de cartelera pero si aún la alcanzas, vale la pena ir a verla en pantalla grande, inmerso en la oscuridad, cautivado por la historia de un conductor dotado de un don, que como cualquier atributo medianamente divino puede traer a su portador tragedia o gloria, según lo indique el destino.
Desde los créditos iniciales la película te instala paulatinamente en un ambiente de nostalgia posmoderna con atmósferas nocturnas iluminadas por luz neón y calles húmedas de lluvia. Todo tiene un aire de solemnidad, de tranquilo avance hacia la oscuridad.
Es evidente que el director (Nicolas Winding Refn)y el actor principal (Ryan Goling) tienen una complicidad más ambiciosa que la de entretener al público hora y media, algunas entrevistas así lo confirman, su intención es hacer un clásico. Y no sé si lo hayan logrado, pero lo qué sí hicieron fue evocar a galanes clásicos del cine con un personaje cargado de seducción masculina al más puro estilo de icónicas películas de Hollywood, con tintes de Steve Mcqueen y James Dean.
La película tiene de todo (para fascinarte o alucinarla): drama, comedia, traición, violencia, romance, coches a gran velocidad, peleas y persecuciones. Te la recomendamos, de lo mejorcito que hay en cartelera.