OMD en Concierto

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Ayer se presentó en el Pepsi Center el grupo OMD (Orchestral Manoeuvres In The Dark), regresándome 26 años atrás en el tiempo. OMD es una banda británica de synth pop y new wave fundada en 1979, cuyos éxitos principales fueron entre 1980 y 1990.

No puedo decir que OMD es mi grupo favorito, pero casi, es un grupo que desde que los conocí, he seguido escuchando las mismas canciones hasta el día de hoy con el mismo gusto de hace décadas. 

A OMD los conocí cuando yo iba en la secundaria, en el año 1988 salió el disco "The Best of OMD", el cual sigue siendo hoy en día  uno de mis favoritos. Fue mi hermano quien me los introdujo por primera vez. En esa época él tenía "una banda de rock" con sus amigos y tocaba el sintetizador por lo que OMD era uno de los grupos que más escuchaba.

Yo mientras incursionaba con mi guitarra eléctrica tratando de sacar requintos heavy metaleros de los grupos Guns & Roses, Skid Row, Mötley Crue, Metallica y me parecía raro escuchar un grupo sin guitarrista como lo era OMD. Sin embargo me encantaron.

Recuerdo perfecto que fue en un viaje a Acapulco en Semana Santa, esos que antes duraban 7 horas, y que para cuando llegabas a Tierra Colorada, en esas horribles curvas ya alucinabas, que escuchamos ese disco una y otra vez. Nos tenía cautivados, callados, escuchando y sintiendo cada una de esas tonadas de los sintetizadores, haciendo volar el tiempo en esa carretera con calor infernal.

Una de sus canciones más exitosa se llama "Enola Gay" lanzada en 1980. Para los que no conozcan la historia, esta canción recibió su nombre por el avión «Enola Gay», el bombardero B-29 Superfortress, que llevara la «Little Boy», la primera bomba atómica lanzada sobre la ciudad japonesa de Hiroshima a las ocho y cuarto de la mañana del 6 de agosto de 1945, matando a más de 100.000 personas. El nombre del bombardero fue elegido por el piloto, el coronel Paul Tibbets, quien lo bautizó con el nombre de soltera de su madre, Enola Gay. Regresemos en el tiempo...

Cuando escuché que OMD venía a México, me emocioné de pensar que después de 26 años iba ver a un grupo que tanto he escuchado. Ayer tuve un viaje en el tiempo, yo y los miles de chavorrucos ochenteros recordamos cómo la música te mueve, te emociona y te regresa a tantos y tantos buenos momentos que ya han pasado.

Esos fabulosos ochentas llegaron a nuestras mentes, canciones que a lo mejor ni sabías cómo se llamaban pero que marcaron época. "If you leave" te recuerda inmediatamente la película "Petty in Pink" que es un clásico de los ochentas.

Con una energía increíble el vocalista, a sus 59 años, bailó con un gusto y estilo envidiable. Tocaba el bajo, de pronto cedía el micrófono y tocaba el sintetizador, platicaba  on nosotros, no cabe duda que uno se debe sentir muy feliz, cuando del otro lado de mundo, en un país de otro idioma, la gente canta tus canciones de hace 30 años con singular alegría.

Como en todo concierto en México, las chelas paseaban por todos lados. Es un recinto bastante pequeño, sin embargo, no faltó el que en los lugares más atrapados en el medio de las masas, gritaba "chelas" para poder disfrutar su concierto. Fue tan divertido ver ir el dinero con el encargo y regresar chela por chela junto con el cambio en una fila de 25 personas. Esto sólo pasa en México.

Terminando Enola Gay, salieron del escenario dejando la caja de ritmos de sus sintetizadores  iluminados con un juego de luces, y obvio, como éramos puros rucos, y en nuestra época se acostumbraba corear el grupo para pedir más canciones, seguimos aplaudiendo con el cántico de "OMD". Hoy en día ya te prenden las luces y te dicen bye, pero tuvimos la esperanza de que en este viaje a los ochenta regresaran en medio de miles de aplausos y gritos. Además faltaba su primer sencillo, "Electricity", entonces no defraudaron regresando al escenario donde añadieron 2 canciones más y se despidieron con ese gran éxito. 

En septiembre tendrán el lanzamiento de un nuevo disco "The Punishment of Luxury" el cual tuvimos oportunidad de escuchar su canción Isotype que salió en mayo de este año.

Si duda vale la pena seguir los pasos de este grupo que tanto me ha dejado. Les dejo un pequeño video del concierto de ayer.

Autocinema, después del cambio de sede

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Por: Verónica Sánchez

El Autocinema Coyote comenzó en Miguel Ángel de Quevedo, zona no tan conflictiva y después de un año y una pequeña pausa en sus actividades, se mudaron a Santa Fe, situación que no le agradó a la mayoría de los clientes asiduos.

El día que  decidí conocer la nueva sede del concepto, que pone nostálgicos a quienes disfrutaron del apogeo de autocinemas en el DF, fue porque proyectaban una de mis películas favoritas, The Shining, así que accedí a la aventura de ir hacia una de las zonas más conflictivas de todo México.

Con Google Maps listo y tanque de gasolina lleno, emprendí la excursión. Tardé una hora en llegar, el camino estaba lleno de topes y baches y en una vuelta accidental, dimos con el lugar. Debes llegar, por lo menos, con una hora de anticipación para que te toque buen lugar, si eres camioneta, no te preocupes, llegues a la hora que llegues, te tocará hasta atrás.

Como siempre, el personal es muy atento y amable, te enseñarán a utilizar tu bocina y te llevarán al lugar que te corresponde. La pantalla es de buen tamaño (16 x 12 metros) y en todos los lugares donde te coloquen tendrás buena vista de la película.

El predio no tiene mucha diferencia con el de Coyoacán, prácticamente es igual, sólo que en la nueva sede tienen un mirador que da hacia el famoso edificio “El Pantalón”. Continuará la zona lounge, las sillas retro, la cafetería y la tienda de souvenirs con réplicas del Delorean de Back to the Future, acetatos y mantas para protegerse del frío, que “allá arriba”, pega demasiado.

Aún les faltan cosas por afinar, ya que es manejada por jóvenes empresarios, como la cafetería, donde tardan siglos en atenderte o la planta de luz que no deja de sonar en toda la película.

Al salir deben tener precaución, ya que la zona es muy hostil, me tocó ver que un coche que estaba en el Autocinema chocara, ya que algunas vueltas no están señalizadas.

Según los dueños, tendrán otra sede más accesible al público, espero sea verdad, ya que lo pensaría mucho antes de regresar.

1525 Carretera Federal México
Toluca. Palo Alto,
Cuajimalpa de Morelos

www.autocinemacoyote.com

¡Por fin! La Cineteca vuelve

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El museo Carrillo Gil, el Centro Cultural del Bosque, la Biblioteca Vasconcelos, el Cine Lido, algunas grandes cadenas como Cinemex y Cinépolis han albergado a los amantes del “cine de arte” que la Cineteca Nacional desamparó desde el 16 de enero de este año cuando iniciaron sus trabajos de remodelación.

Para los fanáticos del séptimo arte la fecha de la reapertura de este icono del cine nacional quizá parezca aun lejana, pero la realidad es que en menos de un mes la Cineteca abrirá sus puertas y mostrará su nueva cara.

El 7 de noviembre será día de fiesta para los cinéfilos que se congregarán con devoción cuasi religiosa en el número 389 de la Avenida México-Coyoacán.

Hace más de 35 años -el 17 de enero de 1974–, este lugar nació para preservar la memoria fílmica del país. La primera película que se proyectó en uno de los foros de los estudios Churubusco –donde se erigió en un inicio– fue El Compadre Mendoza dirigida por Fernando de Fuentes.

Ahora es el turno del músico Michale Nyman, de la Orquesta Juvenil Carlos Chávez y del director Emilio Maillé, quienes presentarán su proyecto Devoción en la reapertura; cabe mencionar que la proyección dura 25 minutos y, junto con la exposición fotográfica Macario, además de la entrega de la Medalla Salvador Toscano a Ignacio López Tarso el 14 de noviembre serán los encargados de reiniciar las actividades en la Cineteca.

Paula Astorga, directora de la Cineteca Nacional, anunció la proyección del clásico de Steven Spielberg, Tiburón, en el foro al aire libre “en el marco de la celebración por los 100 años de la distribuidora Universal Pictures (…) además, el 9 de noviembre, vamos a inaugurar la Muestra Internacional de Cine con la proyección de la película Macario de Roberto Gavaldón y otras joyas que darán cuenta de la riqueza de la cinematografía mundial”.

El 10 de noviembre iniciarán actividades el Laboratorio de Restauración Digital “Elena Sánchez Valenzuela”, la Ludoteca “Salvador Pruneda” –bautizada así en honor del mexicano que, después de trabajar con Walt Disney, realizó la primera película mexicana de dibujos animados– y la Sala de Lectura “Luz Alba”.

Para el día 15, se prevé un homenaje a Lupita Tovar, con lo que se inaugurará la 4ª Feria del Libro Cinematográfico y DVD en la que participarán 24 editoriales.

La exposición Bitácora Abierta –que se inaugura el próximo jueves 29 de noviembre a las 19:00 horas– será la encargada de iniciar actividades en el Museo del Cine, además se abrirá la Videoteca Digital –que representa el primer punto de consulta del Cerebro Digital de la Imagen– que forma parte del ambicioso Proyecto Cultural del Siglo XXI Mexicano de Conaculta.

Cabe aclarar que todas las actividades de reinauguración se realizarán en el espacio público y las nuevas salas, pues será hasta el 15 de noviembre que las pruebas de calibración de imagen en 4K, 2K y 3D finalicen, con lo que quedará funcionando al 100% en sus seis salas.

Por fin, cinéfilos, podrán regresar a su hogar y dejar de deambular como zombies hambrientos por las sedes alternas desperdigadas por toda la ciudad.

Av. México Coyoacán #389 Col. Xoco
Del. Benito Juárez Mexico D.F. C.P 03330 -
Tel conmutador: +52 (55)4155 1200.
Cartelera telefónica: 4155 1190

Sitio Web: www.cinetecanacional.net
Twitter: @CinetecaMexico

Se presenta la obra de teatro “Las batallas en el desierto” en el España

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Carlos tendría 60 y tantos años, seguramente tendría un departamento en alguna zona como la Anzures o la Roma, lo más probable sería que sus hijos ya le hubieran dado, cuando menos, un nieto y quizá odiaría a José Emilio.

Como parte del programa “El Cenart a la calle”, Conaculta presenta la obra de teatro “Las batallas en el desierto” de José Emilio Pacheco creada por las compañías ArteLugio Sobreviviente y Teatro de Aire.

El Centro Cultural España servirá de escenario para esta adaptación que fue estrenada el año pasado en el Foro Antonio López Mancera del Cenart y que se ha exhibido en distintos lugares como en la Comunidad para el Desarrollo de los Adolescentes de la Subsecretaría del Sistema Penitenciario del DF con un quórum de más de 150 jóvenes.

La adaptación de la novela al teatro fue idea original de Israel Martínez, bajo la dramaturgia de Verónica Maldonado y la dirección de Ghalí Martínez. Pablo Marín, José Raúl Vallejo y Fabián Varona son los encargados de darle vida a los personajes salidos de la mente de Pacheco.

Teatro

Obra: Las batallas en el desierto.
Autor: José Emilio Pacheco.
Adaptación: idea original, Israel Martínez; dramaturgia, Verónica Maldonado.
Dirección: Ghalí Martínez.
Actores: Pablo Marín, José Raúl Vallejo y Fabián Varona.
Lugar: Centro Cultural de España (Guatemala 18, Centro Histórico, México, DF)
Presentaciones: jueves 11 y 18 de octubre, 2012.
Horario. 19:00 hora
Entrada Libre

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Y el Oscar va para…

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Si no tuviste tiempo para ver todas las películas nominadas a los Oscares aquí te dejo una guía rápida para que estés listo para la ceremonia de este año.

Este domingo es la 84º entrega de los Oscares, hay varias películas nominadas pero solo 9 contienden a ser coronadas como la mejor del año. ¿Cuál se llevará el Oscar?

Entérate porque son dignas de ganarse el Oscar, de que se tratan y qué las hace diferentes.

Escher y sus contemporáneos. Colección Rijksmuseum Ámsterdam

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Se están exhibiendo en el Museo Nacional de Arte (MUNAL) alrededor de 80 obras del autor holandés Maurist Cornelis Escher . Una exposición que no deben perderse, que estará hasta el 4 marzo del 2012.

El escape, Drive

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Director: Nicolas Winding Refn, Guión: Hossei Amini, basado en la novela homónima de James Sallis. Protagonizada por Ryan Goling, Carey Mullingan y Bryan Cranston. (2011)

Ya no es una novedad de cartelera pero si aún la alcanzas, vale la pena ir a verla en pantalla grande, inmerso en la oscuridad, cautivado por la historia de un conductor dotado de un don, que como cualquier atributo medianamente divino puede traer a su portador tragedia o gloria, según lo indique el destino.

¡Adiós Picasso!

El 5 de febrero la exposición “Picasso. Series” cerró sus puertas a los visitantes en el Museo Nacional de Arte (MUNAL) ¡Se la perdieron! Pero esta nota no es para que se azoten  de coraje o frustración, es simplemente para compartir con aquellos que sí vieron los grabados expuestos, algo que ante mis ojos salió a flote como si se tratara de un cuerpo ahogado que emerge  de las profundidades.

“The Path of Misery”, Marylin Manson en el Antiguo Colegio de San Ildefonso

El Antiguo Colegio de San Ildefonso está presentando 30 acuarelas y una instalación con video realizadas por Marylin Manson. Si algo tiene de buena esta exposición es que nutre de diversidad al personaje que representa Brian Hugh Warner (1969) enriqueciendo sus modos de expresión, pero hasta ahí. Supongo que para los fanáticos de Marylin Manson será una experiencia súper empática, pero para mí fue la manifestación de uno más de los tentáculos de ese pulpo mediático en que MM y otros artistas contemporáneos se han convertido gracias a los medios digitales de comunicación. Las acuarelas me recuerdan a los cuadernos de ensayo de un joven estudiante, muy clavado, muy simpático, medio sensiblero. Todo el aparato museográfico ( la manera en la que está montada, la información que se brinda al visitante, etc.) le ayuda mucho a las piezas profesionalizando su presencia y dotando de un aura artística obras que de otra manera no la tendrían ¿pero acaso no es esa la función de los museos?

Bye Bye Ríos

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En la semana me llamó un amigo, me invitó al concierto de Miguel Ríos en el Auditorio Nacional el jueves por la noche. “Mmmmmm, Miguel Ríos, obvio me suena, pero sobre todo me suena a esa música de los 80, que ni en los 80 me gustó y menos ahora”, pensé. Mi amigo es chico de trova, la cual, por cierto detesto, me aburre y no entiendo, asumí que era algo así. Mi amigo me dijo que era la despedida de Ríos, no un concierto cualquiera. Dije: “sí, claro, vamos, ¿por qué no?”.

Pasó la semana y llegó el jueves en la noche, quedé de verme con él en el auditorio. Llegué antes que mi amigo y pude darme cuenta de la “banda” a la que le gusta Miguel Ríos.

“Órale, puro ruco”, había puro señor y señora cuarentona. Como si yo fuera una joven (tengo 35 años). Aquéllos eran mis contemporáneos, pero claro, yo no me siento ni de esa edad, y no me visto ni actúo como tal. No me siento parte de esa generación. “¿A qué me vine a meter?”, pensé. La gente que había es justo la que siento que me saca ronchas. Lo veía venir: un tipo cuarentón atrapado en el rock de los 80, cantando trova.

Que equivocada estaba, mi ignorancia acerca de Miguel Ríos era tal, que cuando llegó mi amigo y me dijo que el músico tenía 67 años, no lo podía creer. Realmente era su despedida, no como esos que dicen que se van y a los dos años sacan un disco de recopilación.

Entramos al auditorio, donde mi amigo se encontró a varios amigos. Todos mostraban el mismo entusiasmo que él por presenciar la despedida del gran músico. El que influyó en su juventud y que tantos recuerdos les trae. Me imaginé que a lo largo del concierto escucharía alguna canción que me recordaría una época de mi vida, aún cuando no supiera cómo se llamaba ni que era de Miguel Ríos. Mi curiosidad empezó a despertar. Mencionaron dos nombres conocidos: “A todo pulmón” y “Santa Lucía”.

El concierto empezó tarde, tuve la oportunidad de googlear quién era Miguel Ríos. Nació en el 44, debutó a los 17. En el sitio web decía que era el padre del rock en español, o sea, ¡le debemos tanto a este hombre! Eso me entusiasmó más “creo que si valió la pena venir” volvía a pensar. Estoy despidiendo a uno de los precursores del rock en español, del cual he de admitir que fui fan en los 80. Compraba todos esos cassettes en el mercado: Enanitos Verdes, Charly García, Hombres G, Kenny y los Eléctricos, etc.

El concierto comenzó; un gran repertorio, trompeta, saxofón, dos guitarras, bajo, batería, percusiones, etc. Se escuchaba bastante bien, siempre he sabido que los grandes cantantes tienen buenos músicos. Los aplausos aumentaron al verlo entrar. Un hombre de 67 años con muy buena pinta, delgado, pocas canas, buena actitud. Me emocioné, me dio ternura, admiración, su buena vibra llegó hasta mi lugar.

Mucha gente no conocía la primera canción, un segundo después comenzó otra que todos corearon. Había comenzado el verdadero concierto, mi amigo me dijo al oído que con esa canción abría todos sus conciertos. El público y Ríos gritaban "buenas noches bienvenidos hijos del rock & roll”, y en el coro decía "bienvenidos", y levantaba la manita al estilo de revolución. Todos repetían lo que él hacía.

Yo siempre he sido una persona rara, las expresiones abiertas no se me dan, me cuesta trabajo echar porras, cantar las mañanitas y aplaudir en los concierto. Creo que era la única que estaba ahí, parada, viendo el espectáculo, como si estuviera en una iglesia cantando Gospel sin entender ni pertenecer, sin embargo, disfruté ver cómo los demás sí se dejaban ir y comenzaban a disfrutar y vibrar al ritmo de cada rola.

Se echó cuatro canciones al hilo, obvio ni una me supe, pero el tipo tenía una voz espectacular, bailaba feliz como un niño. Me recordaba a esos bailes de papá que provocan pena ajena pero que él disfruta y acabas disfrutando tú. No tocó algún instrumento, pero sí simulaba que tocaba la guitarra, como cuando estamos solos y nos prendemos con una canción y la hacemos de guitarristas.

Al terminar la cuarta canción hizo una pausa. Yo tenía miedo de que le diera un paro cardiaco por la velocidad, baile y voz con la que cantó. Habló con el público, agradeció la presencia, muy simpático. Cómo me gusta escuchar a los españoles hablar, su acento, sus modismos, nada más escucharlos es toda una experiencia.

El concierto continuó; mil canciones más que yo ni idea, algunas que ni el público conocía. Me concentré en escuchar sus letras y mirarlo a él, contagiarme de su felicidad, tratar de imaginar lo que estaba él sintiendo por dejar atrás tantos años de carrera y despedirse de su público en otro país. A la hora con 45 minutos de haber empezado, se fue del escenario. El viejo truco de “ya me voy…”, pero claro, nadie se la cree. Actualmente ya no lo hacen tanto, pero sí sabes que cuando prenden las luces del recinto, eso sí se acabó de verdad.

En este caso fue obvio que Ríos salió a beber agua y a tomar aliento. La gente comenzó a corear "oe oe oe Ríos, Ríos" con todo el estilo futbolero. Esas porras universales y adaptables a cualquier ocasión. Regresó a los minutos con ganas de llorar, le impresionaba escuchar a todos corear su nombre, ni lo dejaban hablar.

Las letras de sus canciones son de protesta, humanas, sobre las debilidades del hombre y su búsqueda de sentido en este gran viaje que se llama vida, ése es su estilo. A su regreso recitó un poema a capella, obra de un poeta granadino contra de la guerra en Irak. Se fraternizó con los mexicanos ante la absurda guerra que vivimos, culpó a los dirigentes por no pensar en la vida humana. Obviamente se hicieron escuchar gritos de "pinche Calderón". El poema lo recitó con el corazón, lo gritó, lo vibró, y nos lo transmitió.

Al terminar el poema entró el pianista y comenzó la canción que sí conocía, al fin, algo que yo podía cantar, “A todo pulmón”. Obviamente no la canté, porque yo no canto, soy tan tiesa que me incomodo. No me sabía ni la rola, sólo sabía que la había escuchado muchas veces. La letra de esa canción me llegaba, no sé si es esta etapa de mi vida o el concierto que me había envuelto en el mood de frases como la que dice: "Qué difícil se me hace, mantenerme en este viaje, sin saber a dónde voy en realidad…que difícil se me hace, mantenerme con coraje…".

Todos cantaban como dice la canción, a todo pulmón, fue el éxtasis del concierto. Disfruté el momento, volteé alrededor y vi a la gente envuelta en una burbuja de sentimiento, todos ahí juntos, sintiendo lo mismo al mismo tiempo.

Ríos comenzó a entonar "Santa Lucía", otra canción que me sonó familiar. La gente seguía prendida, continuaron así como tres canciones más. Llegó la canción de "Bye Bye Ríos", una rolita sumamente pegajosa y simpática, como de Warner Bros al terminar una caricatura. Nunca la había escuchado antes pero me pareció sumamente ad hoc al concierto, al personaje y a su trayectoria. Sin embargo, ésta no fue la última, todavía regaló el "Himno a la alegría", muy a su estilo. Fue un canto congruente, legítimo, acorde con su trayectoria y vida, honesto y humilde.

Viví una montaña rusa de sentimientos, épocas y momentos. Viví su trayectoria musical en dos horas y media. Fue como haber ido a una obra de teatro donde te sumerges en el personaje y aun cuando no seas compatible con su estilo de vida o de música, te envuelve, te sientes parte, ríes, lloras y te involucras.

Valió la pena ir al concierto, valió la pena ir en contra de mis prejuicios y abrir la puerta hacia algo nuevo, algo que sin saberlo me sorprendió.